El Consejo de Ancianos.over-blog.es
Un espacio donde encontrarás poesía, imágenes, comentarios y algo más.
En el desierto, las frutas eran raras. Dios llamó a uno de sus profetas y le dijo: -Cada persona puede comer una sola fruta por día. La costumbre fue obedecida por generaciones, y la ecología del lugar se preservó. Como las frutas que sobraban daban simiente,...
Faltan cinco minutos para mi intervención. He caminado más de cien kilómetros por este pasillo detrás del escenario. Sudo, mis manos están frías y siento que el cuerpo me tiembla completo. Trato de parecer sereno inútilmente. Al fin, una voz se ha oído...
-¿Cómo es que usted se inició en la vida espiritual? -preguntó uno de los discípulos al maestro Sufi Shams Tabrizi. -Mi madre decía que yo no estaba lo suficientemente loco como para internarme en un hospicio, ni era lo suficientemente santo para entrar...
Me gustas tanto. Qué te puedo decir Si solo sé que me gustas tanto Que en tus ojos podría dormir Y despertar entre tus brazos Qué más podría pedir yo. Y qué me puedes decir cariño Cómo es que llegaste tan lejos en mí Y sé que así como pasa contigo pasó...
En un viejo gimnasio el cual acostumbraba a ir cuando era adolecente, solía llegar a ejercitarse un policía de más o menos unos 30 años de edad, de contextura gruesa y de unos 190 cm de altura, sin embargo; sin duda era uno de los más admirados en el...
Los dos sillones en la terraza frente al jardín. En el suelo, justo delante de Paolo, con la cabeza descansando entres sus patas delantera y la mirada perdida en el horizonte, la perrita Dinky. -¿Sabes qué estoy recordando? El día que nos conocimos. Era...
“La monotonía de la rutina se torna insoportable. En aquellos momentos en los que el ser no sabe qué hacer o se cansa de lo que hace todos los días se debe buscar algo que renueve el estilo de vida; de otra manera uno se vuelve loc o”. Así comenzaba el...
Me mudé al barrio 21 porque había pasado algunas veces por allí cuando era niño y me había deslumbrado. Sus calles tranquilas, los árboles de la vereda, tan tupidos como pocos, los vecinos sentados en reposeras en las puertas de sus casas, el poco ruido....
Aún recuerdo ese camino, el polvo en mis zapatos, el aire que envolvía mi rostro, el sol hiriéndome la frente y aquella gota de sudor que corría por mi mejilla, cual si fuese una caricia, todos los martes subíamos a la A montaña como en peregrinaje cantando,...